18/08/2024
La revolución del bienestar: los pasos clave para una vida más larga, según Sebastián Campanario
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Fuente: telam
En La Fórmula Podcast, el periodista especializado en innovación, creatividad, economía del cambio y ciencias de la vida, explicó la dificultad que enfrentamos para predecir qué nos hará felices y en qué destacarnos. Compartió herramientas para identificar lo que realmente nos satisface y desarrollar hábitos positivos basados en el aprendizaje, el bienestar, la longevidad y el desarrollo cognitivo
>Cada vez más personas se preocupan por mantener un estilo de vida que les permita llegar a una edad avanzada en buenas condiciones físicas y mentales. Esta tendencia se refleja en el aumento de la esperanza de vida y en la participación de adultos mayores en actividades significativas, como ganar premios Nobel o protagonizar películas. Sin embargo, muchos países aún no están preparados para manejar las implicaciones de una población envejecida y la importancia que tiene adaptarse a estos cambios demográficos. ¿Se puede planificar el futuro frente a tanta incertidumbre?
En este episodio de La Fórmula Podcast, Sebastián Campanario -periodista especializado en innovación, creatividad, economía del cambio y ciencias de la vida explicó qué dificultad tenemos los seres humanos para predecir qué nos hará felices y en qué áreas somos buenos, reflexionó sobre cómo descubrir aquello que realmente nos genera satisfacción y cómo crear hábitos positivo que tengan un impacto en el desarrollo cognitivo de cara al futuro. El episodio completo podés encontrarlo en Spotify y YouTube.
Sebastián es licenciado en Economía de la UBA y estudió Periodismo en TEA. Es columnista del diario La Nación, autor de varios libros, entre los que se destaca su reciente lanzamiento PROXI +50: 50 ideas para tus próximos 50 años y es miembro de la Aceleradora TEDxRiodelaPlata.— Una frase tuya dice: “Los humanos somos muy malos para predecir qué nos va a hacer felices y para determinar en qué somos buenos o qué nos va a entusiasmar”. ¿Por qué crees que somos malos para decidir?— En estos últimos años, ¿sentís que hay un mayor interés por el bienestar, la longevidad y el desarrollo cognitivo?
— Me sorprende muchísimo la cantidad de chicas y chicos de 20 y pico que están cada vez más interesados, no solamente por la agenda de bienestar, sino por la agenda de longevidad. Hay muchísima gente de 20 y pico que está planificando su estrategia personal de bienestar para llegar muy bien a los 80, 90 años, sobre todo en el área tecnológica que te dicen: “Mi objetivo es a los 80 subir al cerro Tronador o a los 90 poder alzar a mi nieto, seguir viajando, etc”. Y con ese plan en la cabeza cambian todas las decisiones que tomás en la actualidad.—¿En cuáles?
—En Japón, en Corea, en España e Italia y pronto va a pasar en todo el resto del mundo. Eso a nivel económico tiene infinitas implicancias, de las cuales creo que todavía la sociedad, las empresas, los individuos no estamos anoticiados. Hay otras olas de cambios, como el cambio climático, la tecnología, que son mucho más impredecibles, no sabes qué va a pasar con el clima de acá al 2035 o con la inteligencia artificial de acá a 10 años, pero en el tema demográfico sabemos casi exactamente cómo va a hacer la pirámide demográfica de acá al 2030, al 2050 y hacemos muy pocas cosas para adaptarnos a ese mundo que viene, es grave no hacer cosas para adaptarse.— ¿El mundo no está preparado para una sociedad con más gente adulta?— En uno de los capítulos de tu libro mencionás el “pensamiento episódico futuro” ¿De qué se trata?
— ¿Qué es el brain fitness que mencionás en tu libro y a qué edad crees que hay que ponerle atención a esto?
— El brain fitness se puso de moda en la década del ‘80, había muchos ejercicios de neurociencia. Te hacían, por ejemplo, si sos diestra escribir con la mano izquierda, o de atrás para adelante, que son cosas que tal vez te hagan bien al cerebro, pero que son hábitos difíciles de sostener, porque no te vas a poner todos los días a escribir de atrás para adelante. Ahora, el cerebro es un órgano igual que cualquiera del cuerpo. Es el más importante y el que más energía consume y no lo tratamos como el resto de los órganos del cuerpo. Si querés salir a correr una maratón sabes que tenés que practicar en el año. Sin embargo, con los temas cognitivos, como por ejemplo la memoria, no la ejercitas nunca más desde el secundario o desde la facultad y no hay nada en biología que diga que vos tenés que tener una peor memoria en tu adultez que cuando sos joven, el tema es que no lo ejercitas.— Hay un montón de cosas que uno puede hacer, a mí me gusta hacer el cubo Rubik, pero podes hacer rompecabezas, sudoku, leer, aprender idiomas, hay infinidad de cosas que uno puede elegir para entrenar el cerebro. Hay un concepto que a mí me gusta mucho que se puso de moda en la neurociencia ya hace 20 años que se llama “reserva cognitiva”. Lo que se descubrió es que para moderar o para evitar enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, la demencia, etc., hace muy bien aprender cosas nuevas todo el tiempo. Un famoso estudio, que yo lo cito en el libro, de monjas de la congregación de Notre-Dame, en Kentucky, Estados Unidos, menciona que cientos de monjas firmaron un documento para que cuando se murieran les estudiaran el cerebro y hay un caso famosos de una Madre Superiora, que creo que falleció a los 97 años, que se descubrió que tenía el cerebro como si tuviera Alzheimer, pero ella no había desarrollado los síntomas porque estaba todo el tiempo enseñando, aprendiendo, socializando. Hoy hay evidencia científica muy sólida de que todo esto te puede ayudar a evitar muchos males en el futuro a nivel cerebral, y además es bueno, es algo divertido.
— ¿La clave es mantenerse bien los próximos diez años e ir renovando ese objetivo con el paso del tiempo?— ¿Cuál es el vínculo entre dormir poco o dormir mucho y la performance cognitiva?
— Hay un capítulo del libro que dedicas a los principios estoicos. ¿Por qué sentís que en esta época resuenan tanto cuando fueron escritos hace tanto tiempo?
— Uno de los principios que explicas es que hay un timing de las emociones y cuáles son las instancias que atraviesan. ¿De qué se trata?
La otra cosa es el sesgo, la aversión a la pérdida, ya los seres humanos estamos cableados de esa manera, ahora lo que sí podés hacer es ser consciente de ese sesgo y en una segunda instancia, cuando pensás despacio, tomar una decisión distinta. Está buenísimo saber cuáles son los sesgos porque empezás a tomar decisiones distintas. Por ejemplo, yo lo uso mucho con la aversión a la pérdida que es el sesgo más estudiado en economía de comportamiento y lo que dice es que, en general, nosotros sufrimos o nos da mucha más bronca cuando perdemos algo, fracasamos, en términos proporcionales que lo que disfrutamos ganar algo. Si yo me encuentro un billete de 10 mil pesos por la calle me da una felicidad “x”. Si el cajero automático me come esa plata me da una bronca “3x” o “5x” y me arruinó el fin de semana. Eso te lleva a ser muy conservador con todo. Es básicamente valorar lo bueno y que no te eches demasiada culpa por lo malo.
— ¿Qué fue lo que más te impresionó de algo que leíste, escuchaste, viste o te contaron recientemente y te gustaría compartir?
Fuente: telam