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24/10/2024

Ladislao Biró, el creador de la birome: el invento de su mamá que lo salvó y cómo llegó a vivir a la Argentina

Fuente: telam

Cómo se le ocurrió el sistema que cambió la forma de escribir a mano a mediados del siglo XX. Su participación en la Primera Guerra Mundial y su huida de Hungría, perseguido por los nazis

>Ladislao Biró siempre mostró un espíritu inquieto desde su infancia en Budapest, donde nació en 1899. Su llegada al mundo fue complicada: pesó apenas dos kilos y los médicos no tenían muchas esperanzas. Su abuela improvisó una cuna con una caja de zapatos y algodón, bajo el calor de una lámpara, para darle una oportunidad de sobrevivir. Una especie de incubadora casera. Esa temprana fragilidad no lo detuvo; al contrario, forjó su carácter. “Era ama de casa pero siempre había querido ser médica, que en ese entonces era como ser prostituta”, había contado Mariana, la única hija del inventor, a Infobae en una nota del 2019.

Fue precisamente su frustración con las lapiceras fuente, que manchaban y se trababan, lo que lo llevó a concebir la idea de un instrumento de escritura más eficiente. Biró observó las rotativas de los diarios (era periodista) y así se le ocurrió usar una pequeña bolita en un tubo, que junto a una tinta especial, permitiera escribir sin mancharse. Así, en 1938, patentó su invento en Hungría. Nacía la birome.

Biro era judío y Hungría, que en ese momento era aliada de la Alemania nazi. En abril de 1938, Hungría aprobó leyes que limitaban la capacidad de los judíos para trabajar y otra norma que prohibía la exportación de propiedad intelectual.

La Real Fuerza Aérea del Reino Unido fue el cliente más importante. Las estilográficas, que goteaban a gran altura y no podían escribir en un bloc de notas apoyado contra la pared, no eran ideales para llevar registros de vuelo, por lo que, a pesar de que las primeras versiones eran caras, la RAF encargó 30.000.

En más de una ocasión, antes de demostrar su bolígrafo, Biró se tomaba el tiempo de limpiarlo discretamente para asegurar su funcionamiento. Un año después de obtener la patente, un encuentro fortuito en Yugoslavia aceleró su destino. Un hombre se acercó, fascinado al verlo escribir con el bolígrafo, y le entregó una tarjeta que decía “Agustín P. Justo, presidente”. Ladislao guardó el contacto sin saber que se trataba del presidente de Argentina, país que se convertiría en su nuevo hogar.

Para 1944, la birome se había lanzado al mercado en sociedad con Juan Jorge Meyne, y pronto se convirtió en un símbolo de practicidad y modernidad. Ese mismo año, vendió la patente a la firma estadounidense Eversharp Faber en 2 millones de dólares.

El nuevo invento fue tan exitoso que cuando los bolígrafos se vendieron por primera vez en Estados Unidos, en 1945, cientos de personas hicieron fila para comprarlos a pesar de que costaba 150 dólares cada uno.

fue uno de los inventores más reconocidos del mundo: creó también el perfumero, que tiene el mismo principio que el bolígrafo que luego se aplicó a los desodorantes a bolilla; el modelo de pluma estilográfica (1928), lavarropas (1930); caja de cambios automática mecánica (que vendió a General Motors en 1932); el termógrafo clínico (1943), el proceso continuo para resinas fenólicas (1944); proceso para mejorar la resistencia de varillas de acero (1944); dispositivo para obtener energía de las olas del mar (1958); boquilla antitóxica; cerradura inviolable; sistema molecular e isotópico para fraccionamiento de gases en 1978.

El 24 de octubre de 1985, a los 86 años, Ladislao Biró murió en el Hospital Alemán de Buenos Aires. Biró podía pasar noches enteras trabajando solo, en un taller en silencio, buscando perfeccionar un mecanismo o resolver un desafío técnico. Para él, lo más importante de un inventor no era un invento en sí, sino la actitud mental frente a un problema. Detectarlo, hacerse amigo de él y convertirlo en una oportunidad era el desafío.

Fuente: telam

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