26/10/2024
Iair Said y Juliana Gattas le ponen el cuerpo a Los domingos mueren más personas: “La película demuestra lo patéticos que somos”

Fuente: telam
La cantante de Miranda! debuta como actriz de cine, mientras que el actor es también director y guionista de este filme que se estrena el próximo 7 de noviembre. En diálogo con Teleshow, recorren parte de la cocina de esta comedia dramática atravesada por la muerte, la vida y la cotidianeidad
>Lo primero que se ve es David, su corpulencia semidesnuda y su desesperación ante un amor que ya no es ni será. Después, va arrastrando una valija por una playa italiana mientras en la otra mano se cargó dos cepillos de dientes, el suyo y el de su ex. Un rato más tarde, ingiere una pastilla para dormir antes de abordar un vuelo hacia Buenos Aires, la ciudad a la que pertenece pero a la que está volviendo porque su tío acaba de morir y su papá está en eso. Pero el problema que tiene ahora es que el viaje se demora y él se queda dormido en la espera. Mientras se ocupa de lo importante, también intenta aprender a manejar y busca de manera absurda el amor en cualquier otro hombre. Entre la vida, la muerte y el patetismo va pendulando Los domingos mueren más personas, segunda película de En su hogar a David lo esperan su familia judía compuesta por su hermana Elisa (“Escribí esta película cuando estaba atravesando un momento de duelo bastante parecido a este, entonces conocía muy bien el estado anímico, que era como vivir estando angustiado. En ese sentido, es lo que siempre hablé con Rita, con Juliana, con Antonia, de lo que yo quería transmitir, que era estar atravesando un momento de duelo mientras tenés que seguir festejando una fiesta”, cuenta Said en diálogo con Teleshow. “Mi papá atravesó una enfermedad y yo escribí la película antes de que muriera. Pero estuvo enfermo mucho tiempo, con otra enfermedad, nada que ver a lo que se ve en la película. Pero sí, era como tener que vivir doliendo, iba a un recital y me dolía el alma. Iba a trabajar y me dolía. Es algo que pasa siempre con las muertes. ‘Bueno, se murió tal, pero hay que ir al banco’. Y hay que seguir y es terrible”, revela y recuerda una anécdota del día en que finalmente falleció su padre.
A su lado, Juliana acota: “Y todo eso no está retratado. Cuando pasan esas cosas en el cine, el protagonista se tira en la cama a llorar dos semanas. ¿Quién tiene ese lujo de deprimirse así? ¡Sólo en Hollywood! Lo real es esto, que no te dejen pasar. Se muere alguien y sigue la vida, no te dejan pasar, te humillan...”. “O cuando se muere alguien en un hospital hay que correrlo para que venga otra persona. Es muy fría la relación con la muerte, es muy burocrática en lo real”, redondea Iair.
Juliana Gattas: —Muy bien, contenta. La—¿Y cómo fue dirigirla, Iair?
Juliana Gattas: —En la línea de los ojos, ¿viste?
Iair Said: —Sí. Hay algo que me gusta de Juliana en el escenario... Yo no soy muy fan de Miranda!, me encanta verla a ella, que es mi amiga, pero no es que los seguía. Y ahora, que voy entendiendo con el tiempo, cuando la veo bailar, veo que tiene unas morisquetas que son muy parecidas a actuar, que tienen que ver con estar en el aquí y ahora y moverse de una manera extraña todo el tiempo. No es que tiene algo predeterminado. Eso es muy de improvisar. Y hay algo en la actuación que es eso, que es estar muy vivo. Yo le vi eso, ella tiene espontaneidad, y eso en la actuación es muy bienvenido. Por eso me fue muy fácil trabajar con ella. Y aparte ella tiene una mirada muy cinematográfica.—¿Cómo fue que construiste el patetismo de David?
Iair Said: —No me costó tanto (se ríe). Creo que lo que tiene lo gracioso, lo patético y las miserias es dejarlas fluir. No es difícil sacarlas porque las tenemos. El tema está en que le ponemos barreras al patetismo, porque tratamos de ser gente no patética. Pero si las dejamos fluir, aparecen. Entonces a este pibe le saqué los filtros, digamos.Iair Said: —Sí, para mí eso era clave desde la primera escena. Que igual me pasó una cosa medio rara, que sabía que iba a pasar... Porque en España me decían que era muy valiente porque en la primera escena estoy medio desnudo y expongo mi cuerpo. Yo sabía que si esa primera escena la hacía un pibe que tenía abdominales, nadie le diría que era valiente. Hay una mirada sobre el cuerpo en el cine que se espera que sea de alguna manera. Que es lo que pasa en las redes sociales, en las revistas, es lo que pasa históricamente. Parecía que eso iba a cambiar en un momento, pues no. Se sigue llamando a gente más hegemónica. Y para mí era muy importante romper con eso, desde mi tipo físico hasta el tipo físico del resto de los elegidos y las elegidas, que no tuvieran operaciones, que no tuvieran maquillaje. Para mí era muy clave entender que no se trata de mostrar las imperfecciones, sino que no existe la perfección. Estamos muy acostumbrados a las correcciones, al maquillaje, al tapar, al cubrir. Y cuando se ve todo lo que se tiene que ver, eso genera rechazo. Y está bueno porque en realidad ahí lo que hay que tener es al público que le generó rechazo. No al que mostró eso. ¿Por qué te resulta desagradable ver un cuerpo gordo y no te parece desagradable ver un chabón con abdominales? Bueno, que se lo pregunten.
—¿Cómo fue poner en escena también ese costumbrismo judío, que entiendo que tiene que ver con tu vida?—El cine argentino enfrenta un momento crítico con los recortes presupuestarios al INCAA e incluso la posibilidad latente de que se cierre. ¿Tenés esperanza pese a todo para continuar tu recorrido como cineasta?
Iair Said: —No, más bien siento todo lo contrario a la esperanza en este momento. Estrenar una película ahora es una bendición. Y fue realizada gracias al aporte del Estado y a partir de ahí conseguimos financiación de otros países. Ahora tengo una carrera y voy a tener la posibilidad de poder conseguir, gracias a las películas que ya tengo hechas, acercamiento a capitales privados, pero no todos tienen los mismos derechos ni los mismos contactos que tengo yo. Entonces, la presencia del estado es necesaria para que todos puedan realizarse como directores, como cineastas, apoyando a la industria, que genera muchísimos puestos de trabajo. Es ridículo festejar el cierre de una industria o el desfinanciamiento. Hay mucha gente que le está costando muchísimo vivir, porque son los que vivían y los que trabajaban gracias a esa industria. Y el capital privado aparece cuando aparece el Estado, también. Perder esos apoyos nos va a traer muchísimos problemas y mucho más desempleo del que hay. Estamos en un momento donde seguramente la gente que no lo quiere entender no lo va a entender nunca, pero porque es una postura ideológica y un discurso miserable y mentiroso.
Fuente: telam