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03/11/2024

La misteriosa historia del conejo de peluche de 60 metros que apareció en un valle de Italia

Fuente: telam

En 2005, una gigante figura rosa irrumpió en Artesina, región de Piamonte. La instalación artística llevó asombro al lugar y desafió la noción de lo natural

>En el año 2005, los habitantes de Artesina, en el El misterio alrededor del origen y el propósito de este conejo rápidamente se aclaró: la instalación era obra de Gelitin, un colectivo de artistas de La aparición del conejo rosa en Colletto Fava fue un proyecto concebido y ejecutado por el colectivo Gelitin, fundado por cuatro artistas austriacos: Ali Janka, Florian Reither, Tobias Urban y Wolfgang Gantner, quienes desarrollaron su carrera juntos desde los años 90. La elección de este sitio no fue casual; Gelitin buscaba una ubicación alejada de la ciudad, en un entorno natural que aumentara la sorpresa y el misterio de la instalación. La figura monumental y llamativa del conejo contrastaba con la vegetación oscura de la zona, logrando que pudiera ser vista desde lejos e incluso captada por cámaras satelitales, lo cual contribuyó a la notoriedad de la obra a nivel mundial.

Y es que la instalación no solo fue una obra visual; para Gelitin, el conejo representaba una invitación a una experiencia más amplia. El colectivo buscaba que los visitantes sintieran la misma extrañeza y curiosidad que alguien que encuentra un objeto misterioso en un entorno inesperado. Según los artistas, querían que el conejo recordara a algo “tejido por abuelas gigantes” y que hiciera sentir a los espectadores como “Liliputienses” en referencia a “Los viajes de Gulliver”, una obra literaria de Jonathan Swift en la que el protagonista se ve rodeado de seres mucho más pequeños. En el caso del conejo, los visitantes pasaban a ser las “criaturas pequeñas”, observando desde una perspectiva completamente nueva este paisaje inusual. Para Gelitin, esta interacción directa era fundamental; querían que el público se sintiera parte de la obra, escalando, caminando y hasta descansando sobre el conejo.

Desde su instalación en 2005, Gelitin había previsto que el conejo rosa permanecería en la montaña hasta 2025, sometiéndose a un proceso natural de descomposición. Este proceso formaba parte del concepto original, ya que los artistas querían que la naturaleza interviniera en la obra hasta hacerla desaparecer. Para 2016, el conejo ya estaba en un estado avanzado de descomposición, quedando en el sitio solo fragmentos de lana y paja que apenas se reconocen como parte de un conejo. Hoy en día, los restos se mezclan con el terreno, y es probable que para 2025 no quede prácticamente ningún rastro visible de la instalación.

Fuente: telam

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