07/11/2024
El artista italiano que sin proponérselo inventó la historieta al pintar la muerte y la resurrección en un mismo cuadro

Fuente: telam
“San Nicolás resucita a un niño” es la obra más famosa de Ambrogio Lorenzetti, un pintor nacido en 1290 y que se formó en Siena, una ciudad que se enriqueció no solo por el comercio sino también por su aporte a la cultura. Allí retrató uno de los milagros atribuidos a Nicolás: haber resucitado a un chico del medioevo cuando era velado en el lecho familiar
>El tipo inventó la historieta, el comic; nunca lo supo porque todo pasó hace más o menos setecientos años y el concepto de historieta, ese arte de desarrollar un relato en cuadritos dibujados con esmero, no existía y no iba a nacer sino varios siglos después. Pero Ambroggio Lorenzetti era un artista consumado, un chico inquieto que había nacido en 1290 en la Toscana italiana, le había picado el bichito de la pintura cuando chico, había viajado a Florencia, veinteañero, para recibir lecciones de los grandes maestros como Duccio di Buoninsegna y había pintado ya a sus veintinueve años lo que se conoce como su obra más antigua, “Madonna con niño”, de 1319, que se exhibe hoy en el Museo Diocesano de San Casciano, en la Toscana.
Siena, la ciudad de Ambroggio, el chico que inventó la historieta, era en 1300 un punto estratégico del comercio y la industria de la época: por ella pasaban casi todos los productos que viajaban desde el norte de Europa hacia Roma y gran parte de las telas de lujo producidas por los tejedores de Irán y del norte de China, seda y tejidos de colores brillantes, vibrantes y codiciados, que los artistas sieneses volcaron a sus pinturas. Junto con el desarrollo comercial y las inversiones, en Siena creció un movimiento cultural extraordinario. Aunque algunos palurdos del siglo XXI se empeñen en negarlo, desarrollo, inversiones y cultura están hermanados con íntimo beneficio mutuo: lo contrario conduce al desastre.
Parece que los tres, los hermanos Lorenzetti y Martini, formaron una especie de banda alegre empeñada en crear una serie de retablos con escenas de la vida de la Virgen que tuvieron como destino la catedral de Siena y otras importantes iglesias de Italia. Pero también intentaron un relato pictórico en una sola imagen. Para su involuntaria invención de la historieta, Ambroggio dedicó una de sus obras a San Nicolás de Bari.
San Nicolás tuvo una vida que excede estas líneas, había nacido en 270 en Turquía, hijo de una familia rica que, a la muerte de sus padres, entregó todo y dedicó su vida a Dios. La leyenda afirma que su tradicional costumbre de regalarlo todo inspiró al Nicolás, Santa Claus, de las navidades. Todo lo que se sabe de Nicolás fue escrito unos siglos después de su muerte en 343, de modo que mucho hay de leyenda en su vida. Como fuere, fue un hombre pura bondad y justicia al que se le adjudican infinidad de milagros y que es hoy patrono en varios países y ciudades de Europa de marineros, comerciantes, ladrones arrepentidos, niños, prestamistas, cerveceros, solteros, estudiantes y siguen las firmas.Uno de los milagros más antiguos atribuidos a Nicolás es el haber resucitado a un chico del medioevo cuando era velado en el lecho familiar. Nicolás lo miró con fijeza durante unos minutos y el chico regresó de la muerte y se alzó para dar gracias a Dios. Ambroggio decidió eternizar ese milagro ya no en un tríptico que diera cuenta del paso a paso del milagro, sino en una sola obra. ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo unir la muerte y el regreso a la vida en una sola imagen? Con un recurso de historieta.
Todo el arte de Siena, todo el empuje de aquella sociedad que entraba feliz al Renacimiento, que dejaba atrás la Edad Media, que comerciaba con el norte europeo y con Asia, que había fundado una universidad que, como todas, era cuna del saber, de la ciencia, de la investigación y del progreso; toda aquella esperanza de luz cayó bajo la calamidad de la “peste negra”, la peste bubónica que entre 1347 y 1352 mató al menos a treinta millones de personas en toda Europa. Había tenido origen en Asia Central, había llegado a Crimea en brazos de guerreros y comerciantes mongoles y fue llevada a Europa por los europeos instalados en Crimea que huyeron de los mongoles y de la peste sin imaginar que la llevaban en sus barcos, oculta en las pulgas de las ratas escondidas en las bodegas.
Toda esta historia, con el famoso cuadro de Ambroggio San Nicolás resucita a un niño, está expuesta hoy en una muestra monumental y exquisita, “Siena, the raise of painting” (Siena, el auge de la pintura), que exhibe el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, el legendario e inabarcable MET, y que estará abierta hasta el 26 de enero próximo. La intención de los organizadores de la exposición es reflejar ese especial momento de la cultura europea y la economía sienesa, el desarrollo de una innovación total en la concepción del arte y en la actividad artística y la influencia que ese instante irrepetible tuvo luego en el resto de Europa. Ni hablar de la historieta. Después de Nueva York, la exposición viajará a Londres para exhibirse en la National Art Gallery entre el 8 de marzo y el 22 de junio de 2025.Lo que sí sobrevivió fue su arte y su cultura. Al final del juego, eso es lo que perdura.
Fuente: telam