09/07/2025
Martín Caparrós recibió el doctorado honoris causa de la UBA con un emotivo discurso

Fuente: telam
“Soy un cobarde; hui de mi fracaso, de nuestro fracaso; llevo más de doce años sin vivir en mi supuesto país, la Argentina, y en mi innegable ciudad, Buenos Aires”, confesó el periodista y escritor en el acto realizado en la Facultad de Filosofía y Letras
>“Fracasamos la Argentina y yo, en ese orden; nunca nos separamos la Argentina y yo”, expresó Martín Caparrós durante la ceremonia en la que recibió el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad de Buenos Aires (UBA). El escritor y periodista, visiblemente conmovido, utilizó su discurso para reflexionar sobre el vínculo entre su vida y el destino del país, y para trazar un paralelismo entre su propio recorrido y el devenir argentino. En el acto, celebrado en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, Caparrós fue ovacionado por colegas, familiares y amigos, en un homenaje que lo reconoció como una de las voces literarias más influyentes de la actualidad.
Durante su intervención, Daniel Guebel definió a Caparrós como “nuestro Balzac”, y subrayó: “Nadie, nadie como él ha hecho tanto, tantas cosas ni ha llegado tan lejos”. Guebel evocó la influencia de Caparrós en su propia carrera literaria y celebró la “gloria” del homenajeado, aludiendo al subtítulo de la novela Ansay o los infortunios de la gloria. Comparó pasajes de Antes que nada con el cuento “El Aleph” de Borges, y destacó la sensibilidad de su prosa: “Son páginas tremendas, tremendamente sensibles, no sentimentales; las mejores de nuestra literatura”.
El propio Caparrós, que ingresó al aula en silla de ruedas, agradeció la distinción con un discurso de tono melancólico. Recordó que en otras ocasiones había respondido a premios con “poemas, canciones y otras panderetas”, pero esta vez optó por la introspección. “Soy un cobarde; hui de mi fracaso, de nuestro fracaso; llevo más de doce años sin vivir en mi supuesto país, la Argentina, y en mi innegable ciudad, Buenos Aires”, confesó. Evocó su paso por el Colegio Nacional de Buenos Aires a finales de los años 60, donde aprendió que “intentar era mejor que no intentar; pensar, mejor que no pensar; querer, mejor que no querer y coger, mejor que no coger”.
Caparrós subrayó su vínculo con la universidad: “Mi hijo Juan estudió Ciencia Política en la UBA y la universidad sigue siendo mi casa”.
También abordó la situación actual del país: “En el mundo hay lugares donde las personas en la calle se sonríen, se tratan como si fuesen educadas. En el medio de todo eso o en el pináculo de todo esto, hay un señor que parece que entendió este clima social y decidió aprovecharlo. Decidió que el odio y el rencor y el desprecio y el maltrato eran las herramientas que le ganarían el apoyo de millones y millones de personas; por desgracia, no se equivocó”.El escritor ofreció una serie de comparaciones entre la Argentina de hace cincuenta años y la actual: “Hace cincuenta solo uno de cada diez chicos iba a la escuela privada; ahora, tres de cada diez; hace cincuenta años un 10% de inflación era un peligro; ahora sería un logro extraordinario”. Reflexionó sobre la transformación del país: “Si lo privado siempre fue una característica de las sociedades latinoamericanas, la Argentina era el país de lo público; ya no”. Una asistente, al escucharlo, exclamó: “Qué bárbaro”.En el cierre de su intervención, elogió el papel de la UBA: “Sigue siendo un recordatorio de lo que tratamos de ser y, quizás, alguna vez seremos”.
Fuente: telam