02/09/2024
Del Bellas Arte al Guggenheim: las grandes compras en arteba
:quality(85)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/infobae/LUPZ4LHZHRDNXK3O5OJ5SC2RR4.jpg)
Fuente: telam
¿Qué adquirieron los museos y fundaciones de Argentina y del mundo? En esta nota, el detalle de las obras y los artistas que las crearon
>Tras cinco días -tres abierto al público general- La selección de los espacios fue ecléctica, lo que revela una vez más la diversidad del ecosistema del arte argentino. Así, podrán verse en diferentes espacios obras de artistas contemporáneos de diferentes generaciones, algunos consagrados como Rómulo Macció, Graciela Sacco, Fernanda Laguna o Alfredo Londaibere, junto a creadores jóvenes como Trinidad Metz Brea, Amanda Tejo Viviani o Fernanda Kusel, por solo nombrar algunos.
El Realizadas dentro del Programa de Adquisiciones de Museos, las obras incorporadas son “El cóndor y el águila” (2017) de Sacco, un tríptico de gran formato que pertenece a la serie “Fueron al norte para llegar al sur”, una impresión digital sobre fragmentos de metacrilato y caja de luz. La pieza se suma a “Victoria, de la serie cuerpo a cuerpo 1996-2011″, adquirida en 2013, una heliografía, técnica en que la artista rosarina fue pionera.“En esta ocasión, gracias al aporte de nuestros fondos junto a los de la empresa Zurich y su programa Matching Funds, tuvimos la oportunidad de sumar una pieza clave que enriquece nuestra colección, a la vez que reconoce y celebra la destacada producción y trayectoria de la artista en la historia del arte argentino”, dijo Julio César Crivelli, presidente de la Asociación.Nueva Figuración, integrado por Macció, Ernesto Deira (1928-1986), Jorge de la Vega (1930-1971) y Luis Felipe Noé (1933), fue una denominación que los cuatro artistas recibieron por parte de los críticos pero que, sin embargo, nunca utilizaron como nombre del grupo, que desarrolló exposiciones entre 1962 y 1965.
Hasta su disolución en 1965, los cuatro artistas compartieron exposiciones, diálogos, reflexiones y viajes, ganando espacio y prestigio en la Argentina y en el exterior, y produciendo un amplio y variado repertorio plástico signado por la libertad, vitalidad, desmesura, desequilibrio, la incertidumbre y el caos.El Marita García, curadora en jefe del Malba, expresó que “estas piezas buscan fortalecer la narrativa curatorial del museo, que se centra en la consolidación de un relato unificado del arte latinoamericano”. Todas las piezas fueron elegidas por el Comité de Adquisiciones.
“Lo suficiente”, de Londaibere (1955-2017) comenzó a exhibir sus trabajos en los años 80, mostrando tanto de forma individual como grupal, en una variedad de lugares que incluían galerías, bares, discotecas y espacios del circuito underground de Buenos Aires. A fines de esta década, fue invitado a exponer en la Galería del Centro Cultural Ricardo Rojas. Esta invitación, extendida por Jorge Gumier Maier, significó un punto de inflexión en su carrera. Desde ese momento, Londaibere participó en numerosas muestras, consolidándose como una figura esencial del grupo conocido como los Artistas del Rojas.Entre 1997 y 2002, Londaibere asumió el rol de director de la galería del Centro Cultural Ricardo Rojas, donde también se desempeñó hasta 2017 como docente y coordinador de talleres de dibujo y pintura. Su producción artística abarcó una amplia gama de técnicas y temáticas, incluyendo pintura, trabajos sobre madera, collage, fotografías intervenidas y témperas. Sus trabajos se caracterizaban por la incorporación de elementos de la cultura visual contemporánea, una práctica común entre los artistas del Rojas.Por su parte, “Tapial naranja” de Piccoli muestra un paisaje con una retícula que indica su transición hacia la abstracción constructiva. Piccoli, un influyente artista rosarino, jugó un rol importante en el círculo de En 1942 Piccoli (Rosario, 1915 - Buenos Aires, 1992) obtuvo una beca por concurso de la Comisión Provincial de Cultura de Santa Fe y fue cofundador de la Mutualidad de Estudiantes y Artistas Plásticos de Rosario, junto a figuras reconocidas como Berni y Gambartes. Además, participó en numerosos certámenes y bienales, y fue invitado a muestras internacionales, destacándose por su evolución desde la figuración hacia la abstracción.
La obra de Böhtlingk (Buenos Aires, 1966) mezcla imágenes de exuberantes plantas de la selva misionera con pancartas políticas de la campaña presidencial de 2019, resaltando términos como indemnización, pueblo y dignidad. Esta mezcla ofrece un paisaje de manifestaciones que dialoga con el activismo y la identidad nacional.
Böhtlingk estudió en la Escuela de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón y la Escuela Ernesto de la Cárcova, además de perfeccionarse con artistas como Luis Felipe Noé y Gabriel Messil. En 1994, la Fundación Proa le otorgó una beca para formarse con Guillermo Kuitca. Ha presentado exhibiciones individuales tanto en Buenos Aires como en el exterior y ha publicado varios libros sobre su obra.La pieza surrealista “El hogar de las niñas mueble” de La obra de Gómez, toda de reciente producción, ingresa de manera fantástica en esta tradición animalística, pero lo hace desde una perspectiva que recurre a la pintura metafísica en sus planos y que juega con los usos renacentistas de la simbología, mixturando también una construcción victoriana en decorados que se construye a partir de su experiencia estética de las casas de clase media.
El “Niño soldadito” de Brandazza, es una obra realizada con barro del río Paraná, reflejando una conexión espiritual con el entorno del litoral argentino. Su trabajo lleva a reflexionar sobre cómo el arte contemporáneo revisita los clásicos integrando elementos formales, poéticos e históricos.
El En el contexto del Programa Matching Funds, una iniciativa de la Fundación arteba y la Asociación Amigos del Moderno, presidida por Florencia Perotti, se compraron “Terra communis” de Metz Brea (Buenos Aires, 1994) se especializa en la escultura y que trabaja a partir de la impresión 3D, a partir de los que crea escenarios que desbordan mitología, como al a vez cierto arrumbamiento de la composición del medioevo.
“Me gusta la idea de agarrar lo que es el alto y bajo relieve y traducirlo en clave digital en algún mundo. Que de esa apariencia de un tallado a mano, pero que es todo modelado digitalmente”, dijo en diálogo con Infobae Cultura.
“Me interesa cómo la narrativa afecta la vida cotidiana. Mis proyectos se basan en el estudio de las estructuras y géneros narrativos – especialmente los cinematográficos – junto a sus personajes arquetípicos, explorando también las estrategias y técnicas utilizadas para la construcción de los relatos. Uso estas prácticas conocidas para narrar historias y así tratar de entender las maneras en que la ficción afecta la realidad. Recientemente mi trabajo se concentra en la distancia afectiva entre el público y los medios, y en la manera en que la narración puede preservar la memoria y desafiar la historicidad. La mayoría de mis proyectos parten de investigaciones teóricas y concluyen en obras de diversos formatos que incluyen videos, instalaciones, textos, performances, dibujos, grabados, objetos y fotografías”, explica.
Por su parte, Julia Padilla (Buenos Aires, 1991), que realizó clínica de obra con Ernesto Ballesteros y José Luis Landet, trabaja sobre el lugar de la materialidad y su posibilidad de transformación.Amanda Tejo Viviani (Madrid,1994) explora sensibilidades extraviadas y espacios incómodos. Haciendo uso de mecanismos propios de la psicodelia y la fantasía, su obra des familiariza experiencias cotidianas, revelando su faceta más onírica y surreal, retratada de forma dramática e irónica.
Además, se recibieron donaciones: Natalia Valdéz, del Grupo Lapachos Holding, facilitó la adquisición de seis pinturas acrílicas - “El esfuerzo es un valor”, “Buen día”, “Rompiendo el ayuno”, “Calistenia”, “Amistad” y “Jugando en el parque”- de Sandro Pereira a través de la galería The White Lodge, destacando el carácter federal de la colección del museo y también una segunda obra Metz Brea, “La batalla de las Lorenzas”, llegó al museo gracias a la donación de la Colección MYP, gestionada por la galería Valerie’s Factory.
Pereira (Tucumán, 1974) es un referente esencial del arte contemporáneo en Tucumán desde finales de los años 90, siendo esta adquisición de seis obras las primeras en ingresar al acervo del museo. Pereira ha desarrollado una obra profunda que bebe del conocimiento de la historia del arte, la cultura contemporánea y los imaginarios populares., a los que trabaja con materiales sencillos.A través del Comité de Adquisiciones se incorporaron un óleo sin título de Carrie Bencardino, “Escritura” de Sofía Böhtlingk, y el video “Tercer sedimento” de Florencia Levy.
Bencardino (Buenos Aires, 1993) indaga en los discursos visuales presentes en las diferentes escenas, creando personajes con modificaciones corporales con elementos frecuentes tomados de “antros, imágenes basura de Internet, iconografía de bandas”. “Construyo un relato propio de quien habita estos espacios, sus fenómenos y sus contradicciones. Lo autobiográfico se presenta como posible exponente de situaciones que, aisladas del contexto que justifica su existencia, invitan a pensar la agitación como una forma de habitar el mundo contemporáneo”, dice.Además, se recibió una donación histórica con la obra “The Grate” de Nikolai Kasak (1946-1994), referente del arte abstracto y constructivo que formó parte del movimiento Madí desde los años 50. La pieza donada por Christina Kasak-Rubic comenzó a integrar al patrimonio del museo gracias a la historiadora Cristina Rossi y la colaboración de Ignacio Pedronzo y la galería Del Infinito.
El Un acrílico sobre tela sin título, de “Continuidad-movimiento N°2″ (1966 - 67) de la pintora y grabadora argentina Alicia Orlandi (1937-2022), egresada de la Escuela Superior de Bellas Artes E. de la Cárcova, fue becada por el Reino de Bélgica. Realizó 22 muestras individuales y participó en 29 bienales internacionales, como las de Tokio, París y San Pablo. Fue distinguida con 30 premios: 1a Bienal de Puerto Rico (1971), Gran Premio Salón Nacional y 1er Premio Salón Municipal. Poseen obras suyas más de 15 museos de Argentina, EE UU, Perú, México, Inglaterra, India y Checoslovaquia. Entre ellos, el Museo de Arte Moderno - MOMA (NY).
El Por su parte, la Desde Corrientes, el Museo Provincial de Bellas Artes “Dr. Juan R. Vidal” se llevó del stand de Via Margutta la obra deLa obra se inscribe en las emblemáticas pintas de la una década oscura de la historia argentina. Y Alonso (Tunuyán, 1929) retrató como nadie aquellos años aciagos previo y durante la última dictadura militar. Considerado uno de los más grandes pintores argentinos del último siglo, Alonso refleja también la mirada del artista con compromiso social. Tuvo diversos maestros, entre los que se puede mencionar al gran Lino Enea Spilimbergo en la Universidad de Tucumán, quien lo marcó por la calidad estética y enseñanzas.
El Museo de Arte Contemporáneo de Salta, que La Agencia Córdoba Cultura redondeó la compra de ocho obras, seis de ellas de galerías cordobesas y de artistas vinculados a la producción artística local: los dibujos “Reconciliación” -de la serie ‘No soy bonita soy peor’- y “Escudos” - de la serie ‘La naturaleza al igual que él ha aprendido a ser malvada’ de Técnica en Artes Visuales en la Escuela Figueroa Alcorta, Scotta (Córdoba, 1988) obtuvo el título en la Diplomatura Superior en Dibujo de la misma institución y actualmente cursa una Licenciatura en Artes Visuales en la Universidad Nacional del Litoral. Se formó paralelamente mediante becas de clínicas y talleres del FNA, como también realizó talleres y clínicas con diferentes artistas y formó parte de Trillo Sustentable – La Pinguela – Residencia para artistas, Oberá Misiones, y de Manta-taller – residencia de arte, San Martin de los Andes. En su trabaja reinterpreta escena de la historia argentina desde una perspectiva de género.
El Museo Franklin Rawson de San Juan obtuvo dos pinturas y una escultura, “Fade” de Max Gómez Canle (Galería W), un relieve tallado en madera de Federico Cantini (Galería Pasto) y “La magia del amor” de Lulo Demarco (Galería Jamaica),
En su segundo año de participación, la Fundación Azcuy hizo una visita guiada por los pabellones de galerías y proyectos artísticos para sus clientes, durante los cuales se realizaron las adquisiciones de una pieza sin título, de Joaquín Boz (Barro) y “Orlas jesuitas”, de Benjamín Felice (TOMAS REDRADO ART)
Larisa Andreani directora de la Fundación arteba, organizadora del evento, explicó a Infobae Cultura que a través del Programa de Adquisiciones se dirigen recursos propios para convocar directores de museos y curadores internacionales a través del cual se le proporciona a cada espacio “un fondo inicial para que adquieran obras de arte argentino, que ellos luego deben igualar o superar con fondos propios” y que gracias a este programa, que cumple dos décadas, “hay más de 200 obras de artistas argentinos en museos de todo el mundo”.
“La de García Sáenz (Buenos Aires, 1955-2006) fue una obra solitaria, porque no había otro grupo pintando lo mismo que él, y tenía una imagen muy personal. No se involucró mucho con ciertas tendencias o líneas que había, como el Rojas o el Bellas Artes. Era un artista que si bien expuso, mandaba mucho a salones”, comentó Santiago Villanueva a Infobae Cultura, en una muestra realizada hace unos años en la Colección Amalita.
La pintura de García Sáenz cultivó desde sus comienzos una sensibilidad capaz de mezclar el mundo de lo cotidiano de cierto costumbrismo y la fantasía de los estados extáticos para construir un lenguaje plástico figurativo capaz de oscilar entre lo real y lo icónico sin solución de continuidad.Meloni (Córdoba, 1974) es una artista cuya práctica oscila entre la performance, el arte público, el dibujo, la escritura y los eventos escultóricos. Hace más de 20 años, cuando comenzó a realizar performances, su producción se orientó hacia la búsqueda de interlocutores fuera del ámbito cultural, y hacia la experimentación en contextos culturalmente subestimados y desperdiciados.
En su trabajo Zorraquín (Buenos Aires, 1984) involucra experimentos en torno al lenguaje y la práctica de registrar la experiencia humana, en la búsqueda de nuevos espacios y mundos sincrónicos a través de sus pinturas e instalaciones. Inspirado por el chamanismo, la magia y el psicoanálisis, el artista utiliza un sistema de símbolos de creación propia para llevar a cabo rituales que verbalizan los pensamientos sordos de amigos y extraños. Al crear diálogos que se convierten en narrativas internas de sus lienzos diáfanos, su trabajo funciona como un contenedor, un portal que existe en una zona fronteriza.
Fuente: telam