08/11/2025
“Islas de la inmortalidad” y laboratorios de vanguardia: la estrategia del régimen chino en busca de la longevidad
Fuente: telam
El auge de la biotecnología y la medicina para extender la vida moviliza inversiones, proyectos y debates en el gigante asiático
>La ambición de China por liderar la industria de la longevidad ha dejado de ser una aspiración marginal para convertirse en un proyecto nacional respaldado por inversiones multimillonarias, la proliferación de empresas biotecnológicas y un renovado interés social y político por extender la vida humana. El impulso estatal y privado ha transformado la búsqueda de la longevidad en un sector legítimo y lucrativo, donde laboratorios, “islas de la inmortalidad” y píldoras antienvejecimiento compiten por un lugar en el futuro de la salud.
El auge de la industria de la longevidad en China se manifiesta en la magnitud de las inversiones estatales y privadas, así como en la designación de este sector como prioridad nacional. El gobierno chino ha canalizado miles de millones de dólares hacia la investigación y el desarrollo de tecnologías relacionadas con la extensión de la vida, con el objetivo de igualar y superar a Occidente en campos como la biotecnología y la inteligencia artificial.
En este contexto, han surgido empresas y proyectos emblemáticos que ilustran la diversidad y el dinamismo del sector.
Lonvi abrió su laboratorio en 2022, tras la publicación de un estudio en Nature Metabolism que sugería que el procyanidin C1 (PCC1), presente en la semilla de uva, podía aumentar la esperanza de vida de ratones al eliminar células envejecidas y proteger las sanas. Aunque la empresa no participó en ese estudio, ha desarrollado cápsulas con altas concentraciones del compuesto y sostiene que, combinadas con un estilo de vida saludable, podrían permitir a las personas superar los 100 años.
El interés social y político por la longevidad en China tiene raíces profundas. La búsqueda del elixir de la vida se remonta al primer emperador, Qin Shi Huang, quien ordenó una búsqueda nacional de pociones para desafiar a la muerte. Aunque el emperador falleció a los 49 años, posiblemente por envenenamiento con mercurio derivado de un tratamiento antienvejecimiento, la fascinación por prolongar la vida ha persistido.
El crecimiento económico y la mejora del nivel de vida han permitido que millones de chinos dediquen recursos y atención a la salud y la longevidad, un fenómeno que antes se asociaba principalmente a las élites occidentales. En eventos recientes organizados por empresas como Time Pie, se ha evidenciado el entusiasmo del público y la presencia de científicos internacionales, junto a una oferta variada de productos que va desde cremas y bayas de goji hasta cámaras criogénicas y dispositivos hiperbáricos. Rlab, una empresa de Shanghái, invitó a los asistentes a probar una cabina criogénica que alcanza los -129℃ (-200℉), mientras que SuperiorMed promocionó sus “islas de la inmortalidad” como futuros destinos de bienestar.
No obstante, el avance científico en el campo de la longevidad convive con controversias y escepticismo. Steve Horvath, investigador germano-estadounidense reconocido por desarrollar el primer “reloj de envejecimiento” basado en biomarcadores, afirmó que “nadie serio habla de inmortalidad en las conferencias científicas porque es absurdo”. Horvath, citado por The New York Times, reconoció una “gran mejora” en la calidad de la investigación, tanto en China como a nivel global, aunque persisten afirmaciones exageradas y productos de dudosa eficacia. El estudio sobre el procyanidin C1, publicado en 2021, fue calificado de innovador, pero la revista Nature Metabolism emitió posteriormente una nota editorial alertando sobre “errores en los datos”, sin llegar a retractar el artículo. Investigaciones posteriores, incluidas algunas en Japón, han respaldado parcialmente los resultados iniciales.La traslación de los avances de laboratorio a la práctica clínica humana representa uno de los mayores desafíos para la industria. David Barzilai, médico estadounidense y fundador de Barzilai Longevity Consulting, advirtió que “lo que funciona en ratones a menudo decepciona en humanos”. El especialista subrayó que China “está tomando cada vez más en serio la biología del envejecimiento y la longevidad a nivel institucional y político”, pero matizó que “la intención científica fuerte no garantiza rigor ni éxito en la aplicación. El reto no es solo hacer más, sino hacerlo mejor”.A pesar de las dudas y la mezcla de ciencia y marketing, el mercado de la longevidad en China sigue creciendo, impulsado tanto por la demanda de la población como por el interés de las élites. Yip Tszho, director ejecutivo de Lonvi, resumió el espíritu de la industria al afirmar que las personas adineradas, al igual que el legendario emperador Qin Shi Huang, buscan desafiar los límites de la vida y acercarse, si no a la inmortalidad, al menos a una existencia más prolongada.
Fuente: telam

